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La película “Roma” así como otras cintas han abierto la conversación sobre el trabajo doméstico, el cual ha sido objeto de condiciones inadecuadas, extensas jornadas y bajos salarios. Estos factores impiden que este trabajo se realice en condiciones dignas y que pueda brindar una mejor calidad de vida a las empleadas y a sus familias.
Recientemente, inició el proceso para que las trabajadoras de este sector tengan acceso a los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); desde diciembre de 2018 es obligatorio que los empleadores registren a sus trabajadoras al IMSS. Además, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) buscará establecer un salario mínimo especial. Sin embargo, el reto más importante es difundir los derechos de las trabajadoras para que puedan exigir su cumplimiento.
En nuestro país, cerca de 2.3 millones de personas se dedican al trabajo del hogar, la mayoría son mujeres, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
De acuerdo con Oxfam, las trabajadoras que se dedican al trabajo de doméstico enfrentan discriminación y violencia. Se encuentran en mayor vulnerabilidad cuando su origen es étnico o son migrantes.
Las trabajadoras domésticas se mantienen atrapadas en un contexto de desigualdad. Aunado a ello, este trabajo no se valora hasta que no se hace o cuando la trabajadora no está en casa. Es invisible, no se considera que ellas también tienen un hogar, una familia, de la cual muchas veces son responsables.
El trabajo doméstico implica una amplia gama de labores para el mantenimiento del hogar como son: elaboración de alimentos, limpieza y cuidado de la vivienda y de la ropa y calzado, compras, pagos, trámites, organización gerencial del hogar, entre otros.
Además, muchas veces las empleadas se encargan de los cuidados de higiene y de la salud de los miembros del hogar (incluyendo a las mascotas), la atención a niños y niñas, a personas enfermas y ancianas, e influyen en el equilibrio emocional-afectivo, y en la socialización de los individuos. Y también, se espera que estén a la orden cuando el empleador lo requiera.
El trabajo doméstico tiene un beneficio muy grande en una persona, una familia y una sociedad. Es el que permite a miles de personas ir a trabajar o ser más productivas; a su vez, libera tiempo del empleador, quien puede utilizarlo para educarse, divertirse, para descansar, en fin, para lo que desee. Pero eso, generalmente, no es valorado.
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¿Cómo están sus ingresos?
Los ingresos son bajos: 40.5% recibe máximo un salario mínimo y 38.97% más de uno y hasta dos salarios mínimos. Es decir, en promedio de 8 a 10 personas que laboran en este sector ganan 3 mil 469 pesos mensuales.
En México, pueden establecerse salarios mínimos específicos para profesiones, oficios o trabajos especiales (Artículo 91 de la Ley Federal del Trabajo) estos salarios son determinados por la Conasami.
A la fecha, la Conasami no ha establecido el salario mínimo para este grupo de personas (aunque dijo que pronto lo establecerá), aún cuando los trabajos domésticos se encuentran regulados en el Título Sexto de la Ley Federal del Trabajo, titulado, “Trabajos especiales”. En consecuencia, los trabajos sólo están protegidos por el salario mínimo general vigente, aunque muchas veces ganan incluso menos.
Una realidad que respalda Marcelina Bautista, directora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), es que las trabajadoras domésticas tienen que recurrir a varios empleadores para cubrir sus salario justo. Por lo que esta situación deberá ser analizada para poder hacer efectivo el derecho a la seguridad social.
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Violación de sus derechos laborales
Las trabajadoras del hogar tienen jornadas muy largas, sin horario fijo y sin que se les paguen las horas extras. Los empleadores pagan lo que ellos deciden, generalmente, salarios muy bajos.
De acuerdo con la ENOE, la mayoría de trabaja cinco días o más a la semana (59.4%) en jornadas de 6 a 8 horas o más.
El 90% no tiene un contrato. El 87% no tiene seguro social, el 44.7% no tiene horario fijo, 45.5% no recibe aguinaldo, 57.6% no puede ir a la escuela, el 61% no le dan vacaciones (ni los días feriados).
Con ello, se permite la discriminación, la explotación, los abusos y los maltratos.
¿Qué derechos laborales tiene una empleada doméstica?
Es necesario sensibilizar a la población sobre los derechos laborales para las personas que tienen un trabajo doméstico dejen de ser discriminadas y no sufran abusos. No podemos olvidar que al realizar este trabajo en el hogar, los derechos que le corresponden son iguales a los de cualquier otro trabajador
Jornada de trabajo. Esta se refiere al número de horas de trabajo al día, máximo 8 horas.
Descansos. Se especifican los periodos de interrupción durante el día, como el horario de comida, por ejemplo, de 2:00 a 3:00 pm.
Vacaciones. Son los días de descanso que por derecho corresponden al cumplir un año de servicio para realizar actividades de esparcimiento; en ningún caso podrán ser menos de seis días laborables por año.
Prima vacacional. Este es el apoyo económico que se da durante tus días de vacaciones y este equivaldrá a no menos del 25% del salario de acuerdo a los días de descanso.
Seguro social. A partir de diciembre de 2018 es obligatorio registrar a las empleadas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La Corte emitió una sentencia en la cual ordena que se les garantice acceso a servicios médicos, hospitalarios, farmacéuticos, obstétricos, incapacidades, pensión por invalidez y vida, fondo para el retiro.
Aguinaldo. El aguinaldo equivale a mínimo 15 días de salario (o la parte proporcional al tiempo que lleves en la empresa), aquí nuestra calculadora de aguinaldo para veas con facilidad cuánto te corresponde..
Otras. Además de las condiciones antes mencionadas, existen otras disposiciones en la ley federal que no se aplican en muchos casos.
En conclusión, el cine así como otras expresiones artísticas, muchas veces tienen la posibilidad de impulsar el cambio de una situación que ha permanecido así por años. En ocaciones, parece que no es importante este tema y no existe la voluntad tanto de las autoridades como de los empleadores para cumplir con sus obligaciones. Por ello, es importante que la empleada conozca sus derechos para que pueda exigirlos.
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