Sabemos que existe disparidad de género en ámbitos como la economía, educación, política, ciencia, cultura, entre muchos otros, que se presenta en todo el mundo. Por esto es necesario enfatizar por qué la inclusión de la mujer no es una exigencia arbitraria y, por el contrario, representa un potencial para el crecimiento de la economía mundial y de las empresas.
El McKinsey Global Institute (MGI) afirma que si todos los países de una región alcanzaran una tasa de igualdad entre hombres y mujeres, se podrían agregar $12 billones de dólares a la producción económica mundial en 2025. Esto equivale a la suma del PIB combinado de Japón, Alemania y el Reino Unido.
Esta estimación solo considera el avance en la igualdad de la mujer en el ámbito laboral. Para alcanzar más rápido esta meta se requieren amplios esfuerzos en el acceso a la educación, planificación familiar, salud materna, inclusión financiera y digital, así como asistencia en los trabajos no remunerados.
Según un estudio de Catalyst, las empresas con mayor igualdad en términos de participación de hombres y mujeres en las juntas directivas son 16% más rentables. Mientras que la rentabilidad de las empresas con mayor participación de mujeres en las juntas directivas aumenta 26%. Además, la participación de la mujer durante un período de 4 a 5 años en las juntas directivas, se traduce en una tasa de rentabilidad sobre las ventas de alrededor del 84%.
Asimismo, el reporte anual de Global Leadership Forecast 2018, de la consultora Development Dimensions, coincide en que “las empresas con mujeres que ocupan al menos el 30% de los puestos de liderazgo tienen 1.4 veces más probabilidades de tener un crecimiento sostenido y rentable, y tienen 1.7 veces más probabilidades de tener una mayor capacidad de liderazgo”.
Development Dimensions indica que, más allá de las cifras, la estrategia de liderazgo no se basa en solo alcanzar un objetivo demográfico, sino en integrar diversas perspectivas.
Así que, promover la participación de las mujeres es una buena inversión para las empresas.
¿Cómo lograr una mayor inclusión y diversidad de género? Podemos encontrar diferentes entornos, uno de ellos está en las empresas, instituciones y organizaciones.
Great Place To Work (GPTW) es una de las organizaciones que denunció la crisis de inclusión y diversidad, no solo en México, sino en más de 60 países en donde tiene representantes. Vinculado a la inclusión de género, compartimos cinco de sus consejos para que una empresa sea incluyente.
1. Analiza a tu personal
Es importante conocer a tus trabajadores, por ejemplo, si son madres, si tienen hijos o si alguien más depende de ellas económica o físicamente. Además, se deben entender sus necesidades según su contexto. De esa manera, se podrá tener un trato personalizado, generar confianza y buscar un balance sustentable entre su trabajo y su vida personal.
Asimismo, es necesario conocer sus habilidades y hacer una evaluación para elegir y promover con mayores argumentos a un talento.
2. Escucha a tus colaboradores
Conocer cuáles son sus expectativas laborales, permite hacerlas coincidir con las metas de la empresa y los objetivos del negocio.
Se debe empezar desde los puestos más altos hasta los más bajos, claro, sin perder de vista la rentabilidad de la empresa.
Con las cuotas de género, muchas veces, se piensa que las mujeres son designadas a un determinado puesto como una obligación, cuando las mujeres tienen las mismas capacidades y desempeñan el mismo trabajo que los hombres. Por el contrario, muchas mujeres no son promovidas porque no se toman en cuenta sus aspiraciones ni sus logros. Así que, en la designación de un puesto, se debe considerar la situación personal, los méritos y las expectativas de los candidatos.
3. Implementa un comité de diversidad e inclusión
Se recomienda contar con un grupo que represente a toda la organización, es decir, en donde participen mujeres, hombres, personas con discapacidad, diversidad de creencias y preferencias sexuales. El diálogo generado en este comité permitirá proponer estrategias e iniciativas, que puedan dar oportunidad al desarrollo de talento valioso, y resulten en beneficio de todos los grupos al interior de la empresa.
4. Desarrolla un código de conducta o de inclusión
Las conductas como el acoso sexual, bullying o mobbing son problemáticas que afectan directamente la diversidad y la productividad de la empresa. Por lo que es necesario tener un código de conducta o de inclusión a partir de acuerdos de convivencia entre colaboradores, con el fin de promover un clima laboral de respeto.
5. Planea una estrategia
El desarrollo de un código de conducta, así como del comité de diversidad son elementos para poder definir una estrategia de inclusión. Se deben establecer tres o cuatro metas específicas que promuevan la diversidad en la organización.
¿Cómo empezar?
Anima al talento. Alienta a los líderes a buscar la inclusión de múltiples perspectivas y recompensa a los equipos que aprovechen estas propuestas para generar nuevas ideas y soluciones.
Fomenta el intercambio de conocimientos. Proporciona a los que recién se integran a la empresa o que llevan poco tiempo mentores externos a sus áreas funcionales para fomentar el aprendizaje y el intercambio de ideas.
Continúa creciendo la diversidad. Proporciona a las mujeres de alto rendimiento asignaciones extensas para continuar desarrollando sus habilidades y conocimiento (Development Dimensions International, 2018).
Para cerrar podemos decir que, las mujeres pueden aportar más de 12 mil billones de dólares al crecimiento de la economía mundial. Esto tendría que significar mejores condiciones de bienestar para las mujeres, pero también resulta un gran beneficio a las empresas porque, con la equidad de género y diversidad de perspectivas, pueden ser 16% más rentables.
Estos datos sin duda deben servir de apoyo para reflexionar y participar en la reducción de la disparidad entre hombres y mujeres. Debemos pensar más allá de los estereotipos, ya que las mujeres pueden lograr todo lo que se propongan, sin restricciones y tienen las mismas capacidades que cualquier otro ser humano. Por ello, las empresas pueden ser un gran eslabón para impulsar la equidad de género con algunos mecanismos, como los que aquí presentamos.
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Cuando mujeres cuentan con igualdad de oportunidades y derechos, el crecimiento económico y el desarrollo social se aceleran.