Hoy en día, más del 90% de los Mexicanos no tienen un presupuesto para controlar sus gastos y planear para el futuro. Muchos reciben su quincena y lo primero que hacen es ir a su restaurante favorito y cuando llegan los últimos días ya no tienen dinero preguntándose “llegaremos al siguiente pago”. Al final del mes no sabemos a dónde se fue nuestro salario ni en qué gastamos tanto.
Lo curioso es que pasa con personas de todos los niveles económicos. Un amigo que siempre vivía al día y no tenía dinero para pagar sus cuentas fue promovido y aun teniendo un ingreso significativamente más alto, seguía con problemas financieros porque gastaba más.
Entonces tener malas finanzas no es una cuestión de ingreso es una cuestión de no tener un presupuesto. Estas son las principales razones que hemos encontrado de por qué los mexicanos no llevamos un presupuesto.
1. No sé qué es un presupuesto ni cómo crear uno
En México, muchas personas no están conscientes de que pueden hacer un presupuesto, ni los grandes beneficios que este hábito genera. Una de las causas es que casi ningún programa educativo incluye cómo tener finanzas personales sanas ni cómo crear presupuestos. Tampoco es un hábito familiar que se enseñe de generación en generación. Entonces, es tan común ver personas de recursos escasos así como personas con posgrados en el extranjero que viven al día por no tener un presupuesto.
Ya teniendo conciencia de la importancia de llevar presupuestos (esto se puede hacer por medio de campañas gubernamentales y esfuerzos del sector financiero), hay muchas maneras de aprender cómo hacerlos. La manera más fácil es buscar en internet en donde hay cientos de blogs, cursos y videos gratis sobre cómo crear presupuestos. También existen aplicaciones para teléfonos móviles que pueden llevar a cualquier persona de la mano para crearlos.
2. No nos gusta como mexicanos restringirnos tanto
Es verdad que a comparación a otras culturas más disciplinadas, el estilo de vida del mexicano busca más vivir al día y no planear para el futuro. Sin embargo, crear un presupuesto no necesariamente significa restringirnos, sino más bien eliminar los gastos que no nos generan un beneficio y enfocar ese dinero en las cosas que realmente nos importan. Por ejemplo, muchos de mis amigos me comentan que lo que más les gusta en la vida es viajar, y no viajan porque no tienen dinero. Y sin embargo, todos los meses gastan una fortuna en restaurantes cuando en realidad les gusta más la comida casera. Comiendo más frecuentemente en restaurantes buenos pero que son de menor costo y frecuentando comer más en casa se puede generar un ahorro para viajar por el mundo, algo que en el largo plazo los hará más felices.
3. No hay tiempo para dar seguimiento a un presupuesto
Aunque crear un presupuesto por primera vez requiere varias horas, con práctica y dedicación se puede tener un presupuesto dedicándole una hora a la semana o incluso menos si se cuenta con una aplicación de teléfono móvil.
Un presupuesto inteligente puede reducir al menos 20% de los gastos sin afectar drásticamente el estilo de vida de una persona. Si esa persona trabaja 8 horas a la semana, reducir 20% los gastos con 4 horas dedicadas a un presupuesto al mes (considerando que todo lo que se gana de dinero se gasta) equivaldría a 35 horas de trabajo. ¡Hacer un presupuesto también es una buena inversión de tiempo!
4. Crear y dar seguimiento a un presupuesto es complicado
Aunque es verdad que las primeras veces que se crea un presupuesto puede ser complicado, con el tiempo llevar un presupuesto puede ser muy fácil en estos tiempos. Para iniciar, sólo se requiere generar categorías de gastos (alimentos, entretenimiento, pago de deuda, etc.), asignar un gasto a cada categoría y registrar los gastos generados por mes para tratar de no sobrepasar presupuestos. Tal vez al principio no será perfecto pero se puede ir mejorando. Posteriormente, poco a poco se pueden ir aprendiendo técnicas fáciles de implementar para reducir costos, invertir y planear para el futuro. En la actualidad existen muchas herramientas tecnológicas que automatizan muchas de las actividades haciendo el proceso muy claro y sencillo.
5. Las personas pensarán que soy raro o pobre por seguir un presupuesto
Dado que la mayoría de los mexicanos no llevan un presupuesto, muy probablemente una persona que lleva un presupuesto se podría ver rara en comparación de los demás. Pero ser diferente no es necesariamente malo, sobre todo si eso significa tener control de su dinero. Cuando las personas vean los cambios que llevar un presupuesto tienen en su vida, probablemente empiecen ellos mismos a llevar uno.
Llevar las cuentas no es un hábito de gente pobre, ya que en el largo plazo gestionar el dinero llevará a una persona a tener aún más dinero y a ser financieramente libre. $500 pesos que no se gasten hoy en alcohol pueden significar un auto último modelo en el futuro.
6. No tengo metas financieras y por lo tanto no necesito ahorrar
Una meta financiera, cómo por ejemplo ahorrar, no debe ser un objetivo sino un medio para alcanzar nuestros sueños. Es impresionante la capacidad de los mexicanos para ahorrar cuando se tiene un sueño como por ejemplo una boda; como la ilusión es muy grande se ahorra hasta el último centavo. De igual manera se debe pensar qué es lo que realmente nos apasiona en la vida, como por ejemplo ir a una final de un Mundial de Futbol, retirarnos a corta edad para dedicarnos a pintar, o simplemente asegurar el futuro académico de nuestros hijos. Ya teniendo esos sueños bien definidos, entonces se puede empezar a pensar cuánto dinero se necesita para alcanzarlos y empezar a tener una meta financiera.
7. Tengo buenas finanzas, no tengo deuda y pago siempre mis tarjetas de crédito y todas mis cuentas a tiempo
Aunque no tener deuda y pagar las cuentas a tiempo son buenos hábitos, esto no quiere decir que se tenga una sana vida financiera. Esto puede ser un indicio que todo lo que se recibe de ingreso se gasta en el mes y no se tienen ahorros para el futuro. Esto puede ser desastrosos financieramente para una familia dado que no se tienen recursos para un imprevisto, desempleo, el pago de colegiaturas de la universidad de los hijos o la vejez.
8. Llevo un presupuesto en la cabeza
Aunque nuestro cerebro puede hacer cosas impresionantes, no siempre puede realizar los cálculos necesarios para tener un panorama general de nuestras finanzas y mucho menos llevar la cuenta de nuestros gastos. Además, un presupuesto requiere planeación y es más fácil realizarla con alguna herramienta tecnológica que realice los cálculos por nosotros y que almacene la información.
9. Me gustaría tener un presupuesto, pero voy a empezar cuando…
Uno de los problemas principales de los mexicanos es que dejamos todo para mañana. Lo más difícil de un presupuesto es empezar a hacerlo. Entonces lo mejor es hacer el primero aunque no sea perfecto, pero empezar hoy mismo. También es complicado para nosotros darle seguimiento a algo que empezamos. Algo que funciona muy bien es darnos pequeños premios por tener el buen hábito de tener un presupuesto. Puede ser una película en Blue Ray o un nuevo lápiz labial. Con el tiempo, el sentimiento de tener el control de nuestras finanzas y de alcanzar nuestros sueños será más que suficiente incentivo.
10. No tengo dinero para hacer un presupuesto
No se necesita dinero para hacer un presupuesto dado que ya existen muchas herramientas gratis para aprender a hacerlo y para crearlo. Más bien uno no tiene dinero extra porque no tiene un presupuesto que le ayude a controlar sus gastos y a ahorrar.