Finerio | Blog de finanzas personales

View Original

¿Qué viene después del Día sin mujeres?

El pasado 9 de marzo del 2020 fue un día histórico en México. Agrupaciones feministas convocaron a un “Día sin mujeres” a nivel nacional, en el que se invitó a las mujeres a no asistir a los trabajos, universidades, escuelas, e incluso, a evitar salir a las calles, usar el celular, o hacer tareas domésticas, con la finalidad de manifestarse en contra de los feminicidios, la violencia de género y el acoso sexual del que son víctimas en nuestro país. 

Sin embargo, este movimiento deja ver muchas otras problemáticas, entre ellas, las económicas, como la desigualdad en los salarios, la brecha en oportunidades laborales, el trabajo no remunerado o la violencia económica. En ese sentido, un día sin mujeres debería servir para sensibilizarnos sobre el enorme valor que aportamos.

Por ello, en Finerio nos preguntamos: ¿cuánto cuesta un día sin mujeres en México y qué reflexiones podemos obtener de este paro nacional?

¿Cuánto aportan las mujeres a la economía en México?

En un solo día, las mujeres mexicanas realizan labores con un valor aproximado de 60 mil millones de pesos; de lo cual, únicamente el 33.3% es remunerado y el 66.7% no es remunerado, según un estudio realizado por el Observatorio Internacional de Salarios Dignos (OISAD) con sede en la Universidad La Salle, en colaboración con la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami).

La relevancia de este estudio es que incluye el valor del trabajo que no se paga, ya que “con base en los costos de mercado, se trató de aproximar cuánto valdría el trabajo cotidiano que realizan las mujeres, si tuviéramos que contratar a una persona para llevarlo a cabo; sin embargo, cabe aclarar que muchas actividades son invaluables” expresó en entrevista para Finerio, Carlos Alberto Jiménez Bandala, investigador de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle. 

Recordemos que las mexicanas de 12 años y más destinan, en promedio, 48.55 horas a la semana a realizar trabajo no remunerado, mientras que los hombres sólo destinan a este tipo de actividades 19.57 horas semanales, de acuerdo con datos de la Encuesta Intercensal 2015, realizada por el Inegi. 

Tan solo en preparar y servir alimentos para la familia, las mujeres invierten poco más de 9 horas; mientras que los hombres, dedican poco más de 1 hora y media ¡a la semana! En limpiar, lavar o planchar ropa ellas dedican 7 horas con 47 minutos a la semana, y ellos solo 1 hora con 37 minutos. Cuando lo justo sería que esto se repartiera al 50%.

See this content in the original post

También debemos hablar de brecha salarial

Ahora bien, las mujeres que tienen un empleo formal se enfrentan a la brecha salarial y de oportunidades laborales. En el estudio del OISAD también se reafirma la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres, en donde las mujeres, haciendo las mismas actividades que los hombres, llegan a ganar entre 16% menos en estados como Nuevo León y hasta 44% menos en estados como Oaxaca y Chiapas; pero en mujeres indígenas la brecha se amplía más.

Además, “la mayoría de las mujeres están ocupadas en el sector terciario y en puestos subordinados, es decir, hay muy pocas empleadoras, muy pocas trabajadores de cuenta propia, y sin contar con las que están trabajando sin remuneración, por ejemplo, las esposas o las hijas que apoyan en el negocio familiar, pero que no les pagan”, afirmó el investigador Jiménez Bandala.

Algunos factores por los que, las mujeres ocupan puestos menos remunerados son nivel educativo y la disponibilidad de tiempo. En consecuencia, las instituciones y gobierno debería de implementar estrategias para que está situación se revierta.

La paridad de género empieza en la casa

Pero, entonces ¿cómo podemos revertir esta situación en el que la mujeres dedican tanto tiempo a la tareas del hogar que no son pagadas?

En primera instancia, de manera práctica, pero a largo plazo, debemos empezar por la educación en casa. Tanto mamá como papá deben inculcar a las niñas y a los niños a hacer las mismas tareas del hogar, desde tender su cama, lavar los trastes, limpiar el piso o lavar su ropa, por ejemplo. 

Si las mujeres y los hombres participarán de igual manera en tareas del hogar, ambos y, sobre todo las mujeres, tendrán tiempo suficiente para desarrollarse en su vida profesional; lo que resultaría en que tendrían sus propios ingresos y, por lo tanto, la seguridad de abandonar un entorno violento, o la autonomía para hacer lo que deseen, sin depender de nadie más.

Políticas públicas para la igualdad de género

Por otra parte, el gobierno debe impulsar políticas públicas diferenciales, las cuales consisten en implementar leyes que apoyen a grupos en vulnerabilidad, como son las mujeres. 

Sabemos que existen reglamentaciones como la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación, la cual sirve para reconocer a los centros de trabajo que cuentan con prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación, para favorecer el desarrollo integral de las y los trabajadores; sin embargo, no es obligatoria.

Este tipo de mecanismos bastante completos, deberían de aprovecharse y aplicarse en todas las instituciones públicas y en empresas privadas, abarcando medidas como:

  • Contar con una Política de igualdad laboral y no discriminación en el centro de trabajo o equivalente, así como con una plan de acción.

  • Garantizar la igualdad salarial y otorgamiento de prestaciones y compensaciones al personal.

  • Integración de la plantilla de personal con al menos el 40% de un mismo sexo.

  • Existencia de un 40% de mujeres en los puestos directivos.

  • Utilizar lenguaje incluyente, no sexista y accesible.

  • Programa anual de formación, capacitación, adiestramiento en igualdad laboral y no discriminación.

  • Realizar acciones para la corresponsabilidad en la vida laboral, familiar y personal con igualdad de oportunidades.

  • Mecanismos y regulaciones para prevenir, atender y sancionar las prácticas de discriminación y violencia laboral en el centro de trabajo.

Por otra parte, se debería fortalecer el sistema penal acusatorio, con policías y jueces sensibles al tema de género mediante capacitación continua; con un protocolo de atención rápida y eficiente en ministerios públicos; con métodos de investigación para recabar, de manera oportuna, las evidencias de un delito.

En conclusión, esperamos que un día sin mujeres sirva para darnos cuenta de lo valiosas que son las mujeres para el ámbito económico, pero también para el familiar, político y social; son parte de un equilibrio que, a pesar de tener la misma importancia, es violentado en todos aspectos, por lo que, debemos impulsar cambios estructurales, ya que un mejor entorno para las mujeres, será un mejor entorno para todos.

See this form in the original post

See this content in the original post

Foto tomada de The Associated Press.